¿Hasta qué punto pueden considerarse actuales obras escritas en un tiempo determinado?

Las obras escritas en un tiempo pasado suelen ser reflejo de los temas que preocupaban a la sociedad de aquella época. Sin embargo, algunos de ellos se pueden extrapolar a la actualidad debido a que son temas universales que han preocupado al ser humano durante su existencia. Estas problemáticas perduran en el tiempo gracias a que son intrínsecas a la naturaleza humana, es decir, nos definen como personas.

Las obras El Lazarillo de Tormes y Un enemigo del pueblo se escribieron en dos contextos históricos completamente diferentes y difieren tanto en forma como en contenido. El Lazarillo de Tormes se publicó en 1554 y su autor es desconocido en la actualidad. Es una novela considerada precursora del género picaresco que se desarrollará plenamente en años posteriores. El narrador es Lázaro de Tormes, el protagonista del relato, que cuenta en primera persona y en formato epistolar todas las aventuras que ha vivido desde su niñez hasta la edad adulta, con el fin de defenderse de unas acusaciones que tachan de adúltera a su mujer. Al estar escrita durante el Renacimiento, los temas centrales del relato muestran aspectos relevantes de la sociedad de aquella época. Para conseguirlo, el autor busca reflejar los vicios y costumbres presentes entonces con cada uno de los amos por los que pasa el Lazarillo y así aprovechar para hacer una crítica de los abusos de los estamentos privilegiados.

Por otra parte, Un enemigo del Pueblo se publicó en 1882 y fue escrita por Henrik Ibsen, un destacado dramaturgo noruego. Este drama contemporáneo pertenece a su etapa de creación más fecunda, el realismo social, que buscaba enfatizar los problemas de la Noruega de la época. En la obra, un médico muy reputado, el Dr. Stockmann, descubre la peligrosidad de las aguas del balneario, la mayor fuente de ingreso de la ciudad, e intenta que las autoridades antepongan su descubrimiento frente a la economía de la ciudad, lo que le ocasionará ser repudiado por los ciudadanos que lo perciben como un traidor. De nuevo, los temas principales de la obra reflejan la situación del país, por ejemplo, en los deseos de revolución política de algunos de los personajes fruto de las reivindicaciones nacionalistas o en el análisis de Stockmann sobre la democracia, sistema político cuyas bases se estaban cuajando en ese siglo.

En primer lugar, el Lazarillo de Tormes presenta de manera precisa y detallada cómo era la sociedad de le época. Una sociedad que, pese a la llegada del humanismo y el antropocentrismo, seguía fuertemente dividida en estamentos sociales. La nobleza y el clero eran los estamentos que se encontraban en la cúspide de la pirámide y que ejercían un fuerte poder sobre las clases menos privilegiadas a las que pertenecía el protagonista de la novela. Por ello, cada amo con el que Lázaro convive representa de una u otra forma esos abusos y corrupción que ejercían los poderosos de la época, poniendo de manifiesto la crítica que el autor hace de ellos.

Es cierto que en la sociedad española de la actualidad gracias al sistema democrático liberal y a la Constitución los ciudadanos son iguales ante la ley. Sin embargo, en la práctica, las élites se ven beneficiadas ya que al tener más recursos gozan de privilegios tales como mejores defensas jurídicas, mayor influencia en política y acceso a servicios sanitarios y educativos privados. Yendo aún más lejos, en el contexto internacional encontramos países menos desarrollados donde las diferencias entre clases sociales y los abusos de los poderosos son casi idénticas a las que se nos presentan en la obra, al no gozar de los principios fundamentales de los sistemas democráticos y ser sociedades fuertemente jerarquizadas. Por todo esto, muchos de los temas tratados en la novela se identifican con problemas que vivimos en el presente.

En los países democráticos actuales, la infancia es una de las problemáticas que más preocupan a sus dirigentes. La sociedad está cada vez más sensibilizada con los derechos de los niños y tratan de combatir los posibles casos de maltrato durante las edades más tempranas. Sin embargo, no es un problema erradicado en estos países ni mucho menos en países con regímenes no democráticos donde no existen leyes que protejan a los menores. Por ello, no es extraño que los niños vivan experiencias como las que vivió Lázaro de maltrato físico, emocional, de abandono o de mendicidad por parte de su círculo más cercano: en la actualidad sus familiares o profesores y en el Lazarillo sus amos. Otros problemas asociados a la infancia que aún están presentes en la actualidad son el consumo de drogas y alcohol. A pesar de estar prohibida la venta de estas sustancias se dan cada vez más casos de adultos que facilitan el acceso de alcohol a menores como lo hacían sus amos a Lázaro, incluso siendo delito. Otro de los derechos actuales que le es negado al Lazarillo es el de la educación. El protagonista de la obra aprende todo lo que sabe de los amos con los que convive, los cuales no le suelen enseñar buenos valores. En la actualidad, cada vez se combate más contra este problema, pero aún el acceso a la educación no está garantizado en los países menos desarrollados, donde incluso se pueden dar casos de explotación infantil. En los países donde sí se garantiza una educación de calidad como España, sigue habiendo casos de absentismo escolar pese a ser obligatoria. Por último, una necesidad tan básica como la alimentación se muestra como uno de los principales sufrimientos del Lazarillo, presente reiteradamente con todos sus amos. En la actualidad, el hambre es un problema que atañe a todos los países sin excepción y es por eso que existen organizaciones como la FAO y numerosas ONG cuyo objetivo es solventar este problema en un futuro próximo.

Otra cuestión muy relevante en el Lazarillo es la importancia de la imagen pública. A través de los diferentes amos del Lazarillo podemos ver cómo la sociedad percibía la imagen que ellos querían proyectar. El ejemplo más claro de esto es el hidalgo, uno de los amos de Lázaro durante su infancia, que no tenía ningún recurso económico, pero intentaba aparentar riqueza de cara a la sociedad. Actualmente, la importancia de la imagen pública es evidente, debido a que la interacción social se ha incrementado fundamentalmente con la aparición de las redes sociales, donde cada uno muestra su vida de una forma que muchas veces difiere en gran medida con la realidad. Otros ejemplos en relación con esto son los clérigos con los que Lázaro vive. A los clérigos se les supone un comportamiento ejemplar de ayuda al prójimo que difiere mucho del trato que recibe el Lazarillo. Además, la obra nos muestra la corrupción alrededor de la Iglesia, con el comercio de bulas e incluso el incumplimiento de los votos fundamentales como el de pobreza o el de la castidad. En la actualidad siguen existiendo estas conductas indeseables por parte de ciertos miembros de la Iglesia, lo que ha dado lugar a numerosos escándalos. Sin duda, el más reprobable de todos ellos, los abusos sexuales a menores.

En cuanto a la segunda obra, Un enemigo del pueblo nos presenta la sociedad noruega de finales del siglo XIX. Se trata de una sociedad más parecida a la actual ya que durante este siglo se construyen los cimientos que hoy en día sustentan nuestras democracias consolidadas. Por esto, muchos de los temas que aparecen en la obra son cuestiones aún sin resolver y que generan cierta controversia. El que sin duda es más controvertido es el del sufragio universal, el pilar donde se sustenta la democracia. Mientras que en la actualidad es entendido como algo incuestionable y el mayor logro de nuestro sistema político, ya que permite a la ciudadanía participar de forma activa en la vida política, para el Dr. Stockmann supone el mayor problema al que se enfrentan los hombres justos y libres. Su argumento lo sustenta en que la mayoría de la ciudadanía carece de juicio formado y análisis crítico y por tanto se deja manipular por los dirigentes que utilizan mensajes demagógicos y cortoplacistas. El problema que propone Stockmann es menos notorio en la actualidad ya que el nivel de formación medio ha incrementado considerablemente. Sin embargo, no se ha erradicado del todo como lo demuestra el resurgimiento de partidos políticos cuyo objetivo es lanzar mensajes que apelan directamente a los sentimientos más que a la razón, consiguiendo así que los votantes se dejen llevar por juicios irracionales.

En la difusión de ese tipo de mensajes juegan un papel fundamental los medios de comunicación, que también tienen un rol muy importante en la obra de Ibsen. La influencia que ejercen sobre la población ha llevado a denominarlos el “cuarto poder” ya que pueden condicionar la formación de la opinión pública. Esta gran responsabilidad debería ser utilizada para transmitir información veraz y objetiva a la población. Sin embargo, en la actualidad, la necesidad de subsistir entre una variedad cada vez más grande de medios de comunicación hace que busquen una repercusión más inmediata, con el uso de noticias falsas o no contrastadas que refuerzan los sesgos de la población. Esta forma de actuar se ve claramente reflejada en la obra de teatro, en concreto en los personajes de Hovstar y Billing, que deciden publicar en el periódico la información más conveniente para salir beneficiados sacrificando la evidencia científica que muestra Stockmann.

En definitiva, la única manera de no dejarse llevar por los peligros citados anteriormente sería la existencia de una ciudadanía formada e informada. Esto es lo que se promueve en la actualidad y así lo sugiere el final de la obra, cuando el Dr. Stockmann decide abrir su propia institución de enseñanza al darse cuenta de que es la única salida para evitar el control total de los poderosos.

Por último, cuando Stockmann expone todas sus reflexiones delante de sus vecinos, provoca una reacción de rechazo inmediata que lleva a que lo nombren “enemigo del pueblo”. En este nombramiento están presentes los medios de comunicación y el alcalde que intentan tergiversar los descubrimientos de Stockmann para que vayan en su contra, poniendo de manifiesto la manipulación que ejercen. Podríamos considerar esta acción como un linchamiento moral, no muy diferente a los que actualmente presenciamos. A pesar de la presunción de inocencia que caracteriza a nuestro sistema judicial, en muchas ocasiones se produce juicios paralelos por parte de la opinión pública en los que, sin ninguna garantía jurídica determinadas personas quedan marcadas de por vida. De nuevo, influye mucho el papel de los medios de comunicación que pueden lanzar mensajes difamatorios incrementando el odio hacia la persona en cuestión.

Para concluir, podemos afirmar que, a pesar de la distancia temporal, ambas obras presentan temas que son de absoluta vigencia. En el caso de El Lazarillo de Tormes las cuestiones relacionadas con la corrupción, el maltrato infantil, el hambre, la falta de educación, las apariencias y la imagen pública nos evocan situaciones actuales que se encuentran no solo en países en vías de desarrollo, sino incluso en las sociedades más avanzadas. Por otra parte, Un enemigo del pueblo plantea el sufragio universal en la democracia, el papel de los medios de comunicación, el linchamiento moral y la necesidad de formación de la ciudadanía, temas que actualmente siguen siendo objeto de debate. Por lo tanto, ambas obras nos recuerdan la necesidad de no dar determinadas conquistas sociales por sentadas y de seguir trabajando por sociedades más justas.

Para concluir, podemos afirmar que los autores hacen uso del desarrollo de los personajes para denunciar la hipocresía en ambas obras. La intención de sus autores no es otra que la crítica a la sociedad en la que viven a través de este vicio con el fin de hacer reflexionar a los lectores y espectadores para que estos hagan un ejercicio de autoanálisis o catarsis. En la asamblea, el doctor Stockmann subrayaba ya el problema social con estas palabras: “He descubierto que la base de nuestra vida moral está completamente podrida, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira”. Apreciaciones como esta y las recogidas anteriormente demuestran que la hipocresía es uno de los vicios sociales que se exponen y denuncian en ambas obras, y cuyos autores han ilustrado con los contradictorios personajes.