Las habilidades sociales tratan de nuestro comportamiento con los demás. Incluyen el trabajo colaborativo, el saber trabajar en grupo, aceptar y tomar diferentes roles y saber solucionar los conflictos que se vayan presentando.

Las habilidades sociales en el aprendizaje de una lengua son esenciales. Por una parte, el objetivo en el aprendizaje de una lengua no es la lengua en sí, sino la comunicación que nos ofrece a través de la lengua que estamos aprendiendo. Esta comunicación hace que los individuos se puedan desenvolver e integrar en la sociedad en la que viven y en otras sociedades.

Por otra parte, el verdadero aprendizaje ocurre cuando podemos compartir, cuando interactuamos no solo con los materiales y el profesor sino también con los compañeros con los que estamos aprendiendo la lengua. Si seguimos las teorías de Vigotsky, aprendemos cuando compartimos, por lo que el aprendizaje no es una cuestión individual sino un proceso social activo. Es importante recordar el concepto de la zona de máximo desarrollo, que según Vygotsky consiste en la distancia entre el nivel del desarrollo actual y el nivel del desarrollo potencial a través de la resolución de los problemas y bajo la guía de un adulto o en colaboración con compañeros. En esta definición aparece el factor interpersonal, la interacción social para el desarrollo cognitivo, el trabajo con los compañeros y el andamiaje, determinado por la guía de un adulto; en nuestro caso concreto en el aula, sería la ayuda del profesor o los compañeros y el desarrollo cognitivo de cada persona  que no es independiente de los procesos socioculturales en los que se ve inmerso, sino que se desarrolla a través de ellos.