Cielo infierno

lunes 11 de febrero 2013

  

   Érase una vez un hombre que a su muerte tuvo que ir al infierno. Al llegar allí todo estaba en completo silencio hasta que sonó una campana y se abrieron las celdas individuales dejando paso a unas personas tristes, silenciosas y de mal humor. Lo que más llamaba la atención es que les habían crecido los brazos que les llegaban hasta el suelo. Sin hablar unos con otros ni mirarse se sentaron en unas mesas donde para asombro del hombre que acababa de llegar había suculentos manjares. Se veía lo desesperados que estaban por el gran hambre que tenían. Pero lo que ocurrió es que al coger la comida con las manos como tenían los brazos tan largos la comida se les resbalaba por la espalda y terminaba en el suelo. Por eso estaban de tan mal humor, ¡tenían hambre!

   Nuestro hombre entendió todo. El castigo del infierno consistía en que te crecían los brazos. Entonces preguntó, ¿cómo es en el cielo? Allí no les crecen los brazos, ¿verdad? Sí, le contestaron. Pero entonces, ¿cuál es la diferencia? ¿Allí también se mueren de hambre? No, no, te cuento. Cuando vas al cielo, lo primero que oyes al llegar son las risas y las conversaciones de las personas que viven todas juntas alrededor de un patio. Cuando llega la hora de comer, han aprendido que si se ponen en parejas, no importa lo largo que sean los brazos, si se dan de comer los unos a los otros...

Las historias tienen magia y se graban en nuestra memoria. Contémosles a los alumnos estas pequeñas historias donde además, como
es el caso de este pequeño cuento indio hay una intención didáctica donde se resalta el trabajo en parejas.

Si queréis hacer algo más con la historia, os damos algunas sugerencias...

1. Se les cuenta la historia despacio y si se prefiere, acompañada de algunos dibujos como el cielo/infierno, personas de brazos largos, mesas llenas de manjares, etc.

2. Después se pone a los alumnos en parejas y juntos intentan reconstruir la historia, con sus palabras, con lo que han entendido. Si tienen dificultades pueden levantarse y preguntar a otra pareja.

3. Nosotros pasamos y vamos corrigiendo el texto.

4. Después lo pasan a limpio, ponen un título y lo decoran con dibujos.

Partiendo de esta pequeña historia podemos reflexionar con ellos sobre la dinámica de grupos y pedirles que hagan una lluvia de ideas de las ventajas que tiene trabajar en parejas.

Aquí tienes algunas:

  • Les da seguridad
  • Les preparar para el trabajo en grupo
  • Les ayuda a comenzar a ser independientes
  • Realizan una interacción oral
  • Practican para las situaciones reales ya que muchas veces se habla en dos.

Recuerda que los expertos en didáctica somos nosotros y que si compartimos con los alumnos las razones de nuestra metodología, ellos nos van a tener más respeto y confianza y van a participar más convencidos.


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